Quiero contarles que estuve realizando un curso de redacción publicitaria, y es de lo más bonito que he podido hacer este año, es una experiencia fascinante estar rodeado de personas que aman exactamente lo mismo que tu, Escribir.
Realizamos muchas actividades, pero hay una en particular que me gusto demasiado y quiero compartirla con ustedes.
Un olor, enfrascado y sin nombre, sin características particulares que permitieran reconocer o siquiera sospechar cual era su contenido, las palabras del maestro: “Escríbanle algo a este olor, y denle una marca, la que a ustedes les parezca que corresponda.”
Un olor, enfrascado y sin nombre, sin características particulares que permitieran reconocer o siquiera sospechar cual era su contenido, las palabras del maestro: “Escríbanle algo a este olor, y denle una marca, la que a ustedes les parezca que corresponda.”
De este lindo experimento salió este lindo texto:
El mundo era demasiado oscuro, plano, sin sentido ni objetivo, era un constante transitar de momentos aburridos.
Los olores a mi alrededor no tenían ningún significado, eran opacos, confusos; Lo único reconocible y familiar es el aroma del whisky añejo, mi favorito.
Pero al llegar a la quinta copa algo cambia, algo en mis sentidos se altera un olor no definido, pero delicado, suave e inconstante. No puedo describirlo de manera certera, me levanto, ese olor me enloquece, necesito saber de dónde proviene, a cada paso que doy es más fuerte, más cercano pero aún así más indescriptible.
Me estrello con un cuerpo, sé que es una mujer, lo sé por su contextura, debo saber si es de ella de donde proviene ese aroma, me presento, tomo su mano la acerco a mis labios y la beso, es ella.
La sensación que invade mi cuerpo es asombrosa y aunque no puedo verla su presencia me cautiva.
De repente se escapa de mis manos, desaparece y no puedo evitar sentir una leve agonía.
De repente se escapa de mis manos, desaparece y no puedo evitar sentir una leve agonía.
Repito lo mismo cada día, tratando de encontrarla, el mismo bar, las mismas copas, sin suerte.
Pero salgo del bar, algo cambia, su olor regresa, ahora es mucho más fuerte, más claro, acelero el paso casi corro y caigo. Su mano me toma, me reconoce y me dice su nombre… Givenchy
Al final debo admitir que no fue un trabajo que realizara sola, así que mi dupla por ese día merece su reconocimiento. Gracias :)
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