domingo, 17 de julio de 2016

Ellas...

“Ellas viajaban solas”- con esta frase se inicia un triste y mediática historia; dos hermosas y jóvenes mujeres cumplían el sueño que compartimos muchos, viajar por el mundo estableciendo una libertad y felicidad únicas, demostrando que los sueños se pueden lograr y que mas allá de maletines, escritorios y la banalidad del dinero se encuentra un mundo que se puede apreciar con ojos curiosos y ansias incurables, los lugares, las personas y la vida misma.

Los medios, las opiniones y la política no hicieron esperar sus comentarios, que al final y en resumen de cuentas expresan más las alertas de alarma y comentarios desfavorables que el mismo sentido pésame a las familias y las respectivas investigaciones.
En contraposición la comunidad mochilera y los viajeros de todo el mundo se hicieron sentir en las redes sociales, en las que expresaron su molestia, indignación y en la que defendieron las críticas negativas contra el sitio, argumentando que en principio un acontecimiento como este no define el lugar y su calidad, que es un hecho repugnante que puede presentarse en cualquier parte del mundo y que la comunidad está presente aconsejando a todos los nuevo e inexpertos viajeros.
Para mí, fue como un golpe en el corazón, no solo el hecho como tal, que hizo que mi alma se estremeciera puesto que soy mujer y también quiero recorrer el mundo, si no además por la cantidad de comentarios en la que eran juzgadas por estar en ese lugar, en la que eran criticadas por querer ser libres y en la que eran acusadas por viajar solas. Aun no entiendo esa expresión, no entiendo a que se refieren con viajar solas, ellas eran dos, iban juntas, eran mujeres que buscaban más que demostrar o establecer un punto con respecto a cómo o con quien se debe viajar, buscaban descubrir, expresar y admirar la libertad de la que creían tener derecho.


Ellas no viajaban solas, y ese no debería ser el argumento, las mujeres hemos luchado por siglos por condiciones que son inherentes a los seres humanos y que no tienen justificación de ser negadas o prohibidas. Esta es mi pequeña voz de protesta, contra los medios, contra la política, contra el régimen y contra todo aquel que crea que porque soy mujer merezco violencia, maltrato, desprecio, desigualdad y peor aún  merezco todo lo que me ocurre, solo por el hecho de haber nacido como naci. 

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